lunes, 19 de diciembre de 2016

TOBÍAS. ÍNDICE.

TOBÍAS. CAPÍTULO 14.

141(Fin de la acción de gracias de Tobit).
2Tobit descansó en paz a los ciento doce años, y recibió honrosa sepultura en Nínive. A los sesenta y dos años quedó ciego, y después de recobrar la vista vivió prósperamente y haciendo limosnas, bendiciendo a Dios y proclamando su grandeza.
3Próximo a la muerte, llamó a su hijo, Tobías, y le hizo estas recomendaciones:
4-Hijo, lleva a tus hijos corriendo a Media. Porque yo me fío del oráculo divino que pronunció el profeta Nahún contra Nínive; todo eso se cumplirá y le sucederá a Asiria y Nínive. Se cumplirá todo lo que dijeron los profetas de Israel enviados por Dios, sin que falle una profecía; todo sucerá a su tiempo, y en Media se estará más seguro que en Asiria o en Babilonia. Lo sé y estoy convencido: todo lo que dijo Dios sucederá y se cumplirá sin que falle un oráculo. Y nuestros hermanos que viven en tierra de Israel serán dispersados y deportados de aquella tierra buena, y todo Israel quedará desierto; Samaría y Jerusalén quedarán desiertas, y el templo será pasto del fuego y quedará algún tiempo en estado lamentable. 5Pero Dios se apiadará nuevamente de ellos, y los devolverá a la tierra de Israel. Reconstruirán el templo, no como la primera vez, hasta que llegue el tiempo prefijado. Después volverán del destierro, reconstruirán Jerusalén espléndidamente y reconstruirán el templo como lo aunciaron los profetas de Israel. 6Y todas las naciones de la tierra se convertirán y temerán a Dios sinceramente; arrojarán los ídolos, que los han engañado con mentiras, y bendecirán como es justo al Dios de los siglos.
7>>Todos los israelitas que se salven aquellos días, acordándose sinceramente de Dios, se reunirán e irán a Jerusalén, recibirán la tierra de Abrahán y la habitarán para siempre con seguridad. Los que aman sinceramente al Señor se alegrarán, pero los pecadores e injustos serán borrados de la tierra.
8>>Y ahora, hijos, os encargo que sirváis sinceramente al Señor y hagáis lo que le agrada. 9Obligad a vuestros hijos a practicar la limosna y las obras de caridad; que se acuerden del Señor y bendigan sinceramente su nombre en todo momento con todas sus fuerzas. 10Tú, hijo, sal de Nínive, no te quedes aquí. El día que entierres a tu madre conmigo, ese mismo día no duermas en este territorio. Porque veo en él mucha injusticia, mucho engaño, y que no se arrepienten. Ya ves, hijo, lo que Nadab le hizo a Ajicar, que lo había criado: ¡lo encerrí vivo en un sepulcro! Pero Dios lo cubrió de desprecio ante su misma víctima, y Ajicar salió a la luz mientras que Nadab marchó a la eterna tiniebla por haber intentado matar a Ajicar. Por sus limosnas se libró Ajicar. Por sus limonsas se libró Ajicar de la red mortal que le había tendido Nadab, y Nadab cayó en la red mortal y pereció. 11Así que, hijos, ved cuáles son los frutos de la limosna y cuáles los de la injusticia, que mata. Pero ya me va faltando el aliento>>.
Lo tendieron en la cama y murió.
12Cuando murió su madre, Tobías la enterró junto a su padre. Luego marchó a Media con su mujer, y se establecieron en Ecbatana, con su suegro, Ragüel.
13Tobías atendió a sus suegros en su vez, los seputó en Ecbatana de Media, y así heredó los bienes de Ragüel y los de su padre, Tobit.
14Murió, muy estimado,  a la edad de ciento diecisiete años. 15Antes de morir fue testigo de la caída de Nínive, y vio a sus habitantes desterrados en la deportación que hizo Ciaxares, rey de Media. Bendijo al Señor por el castigo de los ninivitas y asirios. Antes de morir pudo alegrarse por la desgracia de Nínive, y bendijo al Señor por los siglos de los siglos.

Explicación.

14 El capítulo final comienza con la muerte de Tobit y luego da marcha atrás. Alguien, el autor o un sucesor, no acertaba a desprenderse del personaje y le concedió otro capítulo narrativamente inútil. Tobit toma la palabra para un segundo testamento de buenos consejos. Más importante, Tobit recibe el don de profecía antes de morir, como Moisés. El pasado del autor se presenta como futuro del personaje (como en Dn): la historia se transforma en profecía.
14,1 Ocho años menos que Moisés (Dt 34,7). La diáspora está aceptada, la sepultura en tierra extranjera no se considera una desgracia; compárese con Jr 22,12. Síntesis de una vida ejemplar: a Dios la bendición, al prójimo la limosna (cfr. Job 1,1.8; 2,3).

14,4-7 Los datos en esquema:

a) Profecía de Asiria y Nínive, sobre Asiria y Babilonia.

b) Profecía sobre Samaría y Jerusalén; dispersión del pueblo.

c) Retorno, reconstrucción de ciudad y templo.

d) Conversión de paganos y retorno de la diáspora.

e) Juicio definitivo de buenos y malos.

De la historia pasada se salta a la escatología anunciada o esperada. Los apartados a) y b) marcan dos líneas paralelas. Es curiosa la preponderancia concedida a Media, que no corresponde a la realidad histórica. También es extraña la ausencia de los persas, artífices del retorno. La profecía no baja hasta Alejandro y sus sucesores; (pero "Asiria" puede representar en cifra a la Siria de los seléucidas).

Con la reconstrucción del templo termina una gran etapa histórica. La etapa escatológica es, por necesidad, más genérica. Tocará a Dios, en un juicio, establecer la separación definitiva.

14,4 La versión AB cita a Jonás, en vez de Nahún; pero sólo retiene una frase, "será arrasada". El cumplimiento de las profecías es tema frecuente de Isaías Segundo (p. ej. 40,8; 41,4, 4.22-27; 44,7 etc).

14,5 Las dos versiones hablan de una reconstrucción del templo: una modesta, otra definitiva, según las profecías (cfr. Ag 2,1-9). Si son añadidas, estas líneas podrían referirse a la reconstrucción de Simeón (Eclo 50,1-4) o de Judas Macabeo (1 Mac 4,36-50).

14,6 Una cosa es rendir vasallaje y enviar dones también a un Dios extranjero, otra cosa la conversión total de la idolatría al Dios verdadero. AB usa Kyrion (= Yhwh), S usa Theon. La destrucción de los ídolos (Is 2,20) muestra que se trata de conversión sincera al monoteísmo. Para una comparación, pueden verse textos proféticos: Is 2,1-5; Sof 3,9; Zac 14,16; comparados con Is 2,1-5; Sof 3,9; Zac 14,16; comparados con is 19,21-25; 56,6-8; 66,18-19.

14,7 Segundo retorno, de la diáspora: Is 27,12-13; 66,20; Zac 8,8. Juicio de separación: Is 65,8-16; 66,6.15. "Serán borrados": cfr. Sal 104,35.

14,8-9 En los consejos se añade la institución y trasmisión hereditaria; algo así como la misión de Abrahán (Gn 18,19). En el texto, antítesis de limosna es injusticia. La evolución semántica facilita la oposición, ya que sedaqa = justicia llega a significar eleemosyne = limosna. El que es generoso en las limosnas, abunda en justicia; el injusto no hace limosna, a lo más restituye. "No se arrepienten": contra Jonás. Sólo que Nínive puede representar a otras capitales.

14,10 Último recurso artificial a la historia de Ajicar.

14,11 Muerte patriarcal (Gn 49,33).

14,12 Cumpliendo el encargo de 4,4.

14,13 La Vulgata añade que "conoció a los descendientes hasta la quinta generación".

14,15 Este gozo final por el castigo del enemigo tiene antecedetnes: Sal 59,11-12; 137,8; 149,9 etc. En tal castigo se cumple la profecía de Dios y se ejecuta su sentencia justa.

TOBÍAS. CAPÍTULO 13.

Cántico de Tobit (Texto S) 

131Tobit dijo:
2Bendito sea Dios, que vive
eternamente, y su reinado.
Él azota y se compadece:
Hunde en el Abismo,
hasta lo hondo de la tierra
y levanta de la gran Destrucción.
Nadie escapa de su mano.
3Confesaos a él, israelitas,
ante los paganos,
pues él nos dispersó entre ellos.
4Allí os mostró él su grandeza.
Ensalzadlo ante todo viviente,
porque él es nuestro Señor,
él es nuestro Dios,
él es nuestro Padre, él es Dios
eternamente.
5Os azotará por vuestros delitos,
de todos se compadecerá,
entre todos los paganos
por donde nos dispersó.
6Si os convertís a él de todo corazón
y con toda el alma, siendo
sinceros con él,
entonces él se convertirá a vosotros
y no volverá a ocultaros su rostro.
7Ahora mirad cómo os ha tratado
y confesaos a él a boca llena.
Bendecid al Señor de la justicia
y ensalzad al Rey de los siglos.
8Yo le doy gracias
en mi país de destierro,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
¡Convertíos, pecadores, obrad
rectamente en su presencia!
Quizá querrá acogeros  y tendrá
compasión de vosotros.
9Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
10Que todos lo alaben
y le den grancias en Jerusalén.
Jerusalén, ciudad santa, él te
castigó por las obras de tus hijos,
pero volverá a apiadarse
del pueblo justo.
11Será reconstruida con gozo
tu tienda
12alegrando en ti a todos los desterrados
amando en ti a todos los desgraciados
por todas las generaciones
de los siglos.
Una luz resplandeciente brillará
hasta los confines del orbe.
13Vendrán a ti de lejos muchos pueblos
habitantes de los confines del orbe,
por tu nombre santo,
trayendo en sus manos dones
al Rey del cielo.
Generaciones sin fin
cantarán vítores en tu recinto
y el nombre de la elegida durará
por generaciones seculares.
14Malditos los que te hablen 
con dureza,
malditos los que te arruinen
los que derriben tus muros,
derruyan tus torres
e incendien tus casas.
Benditos para siempre 
los que te respetan.
15Saldrás entonces con júbilo
al encuentro de los hijos de los justos
porque todos se reunirán para
bendecir al Señor del mundo.
Dichosos los que te aman,
dichosos los que se alegren de tu paz.
16Dichosos los que se aflijan
por tus castigos
porque se alegrarán contigo
y verán todo tu gozo perpetuo.
Bendice, alma mía,
al Señor magnífico,
17porque Jerusalén será reconstruida
y en la ciudad su casa
por todos los siglos.
Seré dichoso si el resto de mi
descendencia
llega a ver tu gloria
y a confesar al Rey de cielo.
Las puertas de Jerusalén
serán reconstruidas
con zafiros y esmeraldas,
y con piedras preciosas
sus murallas.
Las torres de Jerusaléns erán
construidas con oro
y sus baluartes con oro puro,
las plazas de Jerusalén
serán pavimentadas
con azabache y piedra de Sufir.
18Las puertas de Jerusalén
entonarán cantos de júbilo
y todas sus casas dirán ¡Aleluya!
bendito el Dios de Israel.
Los bendecidos bendecirán
el santo nombre
por siempre jamás.

Cántico de Tobit (Texto AB) 

131Tobías escribió la plegaria de júbilo y dijo:
(1)  2Bendito sea Dios, que vive
eternamente, y su reinado.
Él azota y se compadece
hunde en el Abismo y levanta.
(5)  Nadie escapa de su mano 
3Confesaos a él, israelitas,
ante los paganos,
pues él nos dispersó entre ellos.
4Mostrad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todo viviente.
(10)  Porque él es nuestro Señor y Dios,
nuestro Padre eternamente.
5Nos azotará por nuestros delitos,
de nuevo se compadecerá,
y nos reunirá entre los paganos
por donde nos dispersó.
6Si os convertís a él de todo corazón.
(15)  y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
entonces él se convertirá a
vosotros y no os ocultará su rostro.
7Mirad cómo os va a tratar
y confesaos a él a boca llena.
(20)  Bendecid al Señor de la justicia /
me confieso a él:
y ensalzad al Rey de los siglos.
8Yo en mi destierro
muestro su poder y grandeza
a un pueblo pecador:
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia.
Quizá os querrá
y os tratará con compasión.
(25)  9Ensalzaré al Señor, mi alma al
Rey del cielo
y celebraré su grandeza.
10Digan todos, confesándose a él
en Jerusalén:
¡Jerusalén, ciudad santa!
te azotará por las acciones de tus hijos
(30)  y de nuevo se compadecerá de los 
hijos de los justos.
11Confiésate bien al Señor,
alaba al Rey de los siglos
(32)  para que sea reconstruida en ti
con gozo su tienda
12alegrando en ti
a todos los desterrados,
amando en ti a todos los desgraciados
(35)  por todas las generaciones,
de los siglos.
13Vendrán a ti de lejos
muchos pueblos
por el nombre del Señor tu Dios
(40)  trayendo en sus manos dones,
dones al Rey del cielo.
Generaciones sin fin te cantarán
vítores.
(45)  14Malditos los que te odian.
Benditos para siempre los
que te aman.
15Alégrate con júbilo
(50)  por los hijos de los justos,
porque se reunirán para bendecir
al Señor de los justos.
Dichosos los que te aman,
se alegrarán de tu paz.
16Dichosos los que se afligieron
por tus castigos
(55)  porque gozarán contigo
al ver tu gloria
y disfrutarán perpetuamente.
Bendice, alma mía, al Dios magnífico,
17porque Jerusalén será reconstruida
(60) con zafiros y esmeraldas
y con piedras preciosas
(65)  tus murallas
las torres y baluartes
con oro puro.
Las plazas de Jerusalén serán 
pavimentadas
con berilo y azabache
y piedra de Sufir.
(70)  18Todas sus calles dirán ¡Aleluya!
y alabarán diciendo:
Bendito Dios que ensalzó
todos los siglos.

Explicación.

Varias veces ha invitado Rafael a bendecir al Señor por sus beneficios. Este capítulo es la respuesta de Tobit a la invitación angélica. Tal es su función en el relato. Al mismo tiempo sirve para hacer reflexiones teológicas en un libro didáctico. Como en los consejos del cap. 4, también aquí las versiones difieren tanto, que es mejor presentarlas aparte, sin combinarlas enun tercer texto. Este capítulo presenta problemas particulares.
a) Las dos versiones presentan divergencias notables, no reductibles a un texto único. El traductor no ha sabido interpretar aspectos verbales del hebreo.

b) La oración de Tobit, en la versión S, está compuesta de una plegaria penitencial, al estilo de las postexílicas (Esd 9; Neh 9; Dn 3 y 9; Bar 1,15-3.8), y de un himno escatológico a Jerusalén, al estilo de Is 54 y 60. Jerusalén es, en la versión AB, el lugar donde se pronuncia la plegaria penitencial (cfr. Baruc 1).

c) Las dos partes encajan con dificultad en el relato. Si Tobit iba en peregrinación a Jerusalén (1,7), podemos imaginar que participaba en la fiesta de la expiación (Lv 16); la confesión de pecados valdría en nombre de los desterrados de su tribu. La reconstrucción espléndida de Jerusalén desborda el relato. Una vez que entra y se acepta el texto, los personajes crecen en volumen y trascendencia.

13,1 La introducción de S es escueta; la nota de AB "cum iubilo" es desconcertante: agalliasis suele traducirse en el salterio la raíz mn. 

13,2-7 La oración penitencial en la versión S. Incluye: alabanza (como Sal 106,1-2), el principio del castigo y el perdón, invitación a la conversión interior y la confesión oral. Las repeticiones dan a la pieza forma de rondó: alabanza - castigo y perdón - confesión - alabanza - castigo y perdón - conversión - alabanza.

13,3 El verbo griego corresponde probablemente a un hebreo hodu o hitwaddu.

13,2-10 La oración penitencial en la versión AB. Los componentes son los mismos, pero la confesión se articula en sujetos y lugares: yo - vosotros - el pueblo, en el destierro - en Jerusalén. El esquema es más complejo.
13,2 Es el principio del perdón porque: Dios controla desgracia y favor, muerte y vida, Dios usa la desgracia como castigo en orden a la misericordia (cfr. 1 Sm 2,6; Sab 16,13-14.

13,3 Confesando la propia culpa, el pueblo justifica el castigo de Dios. El Señor ha demostrado su poder dispersando, su santidad castigando. Lo explica Ez 36,16-23: lo que a primera vista parece impotencia del Dios de Israel, en un segundo momento aparece como revelación de su santidad exigente.

13,4 El destierro se vuelve además ocasión para manifestar el nombre del Señor a un pueblo pagano. Israel, tentado a cerrarse, a tomar a su Dios como monopolio o privilegio, es forzado a salir y realizar su destino de mediador religioso.

"Nuestro Padre" es título que se lee en Is 63,16; 64,7; cfr. Ex 4,22-23. Según Sal 103,13, la paternidad implica comprensión y compasión.

13,5 Sospecho un original "os azotó" aludiendo al destierro. El cual, aceptado como castigo, lleva a la conversión y así resulta mal que por bien vino. "Reunir a los dispersos": Jr 23,3; Ez 36,24.

13,6 Véanse Jr 24,7 "de todo corazón" y 15,19 "si te conviertes, se convertirá".

13,7 "El Señor de la justicia" es predicado de la parte inocente en el pleito, según Sal 51,6 y las oraciones penitenciales.

13,8 Comienza la sección propia de AB. Tobit confiesa primero en nombre propio; después invita a "un pueblo pecador", es decir, a sus compatriotas desterrados (cap. 1-2). No creo que se refiera a los ninivitas, según la versión de Jonás.

13,10 También los que han quedado en Jerusalén o han vuelto a la ciudad santa (Is 48,2; 52,1; Neh 11,1.28) tienen que confesar sus pecados (Bar 1,3-4). Jerusalén fue destruida ciento treinta y cinco años después de la deportación de las tribus septentrionales.

"Por las acciones de tus hijos": ¿Considera inocente la ciudad, culpable a los hijos solos? (como bar 4,12). En todos los antecedentes, Jerusalén aparece como culpable (Is 51,13.17; 54,8; Lam 1-2).

13,11-18 El texto de S es más amplio en esta sección. El tema central es la reconstrucción de Jerusalén con su templo. Será centro universal y perpetuo. En el espacio: acudirán a ella judíos y paganos (cfr. Is 2,2-5). En el tiempo: será perpetua, la verán los descendientes. Se pronuncian bendiciones, maldiciones, macarismos y suenan coros de alabanza. El material está distribuido irregularmente. El texto se inspira en Is 51-66 y es paralelo de la tercera sección de Baruc.

13,11 "Tienda" es designación venerable del templo, y también de la ciudad (Is 33,20; 54,2; Jr 10,20). Para el tema del gozo véanse Is 65,18; 66,14; Sof 3,14. "Luz resplandeciente": variante de Is 60,5-7.

13,13 "El nombre de la Elegida" o "el nombre La Elegida": cfr. Is 52,4.12; 1,26. "Durará": cfr. "con misericordia eterna te quiero" Is 54,8.

13,14 "Malditos": en línea con tantos oráculos contra pueblos paganos: Is 54,15-17; Miq 7,10; Zac 14,12; Lam 4,21-22; Bar 4,31.

13,15 La imagen de la matrona "saliendo al encuentro" de los repatriados es original. En textos semejantes ella espera, otea, divisa: Is 60,4.9; Bar 4,36-37.

13,16 Compartir la alegría, como Is 66,10. "De tu paz": recordando el saludo clásico (Sal 122).

13,16c-18 Tras nueva introducción, pasa a describir la reconstrucción, enumerando siete componentes. Véanse Sal 51,20-21; Is 49,17; 61,4; los materiales preciosos: Is 54,11-12.

13,17 "Mi descendencia": Sal 102,19-29.

13,18 En el coro final se juntan la ciudad material y sus vecinos (cfr. Is 52,9).

TOBÍAS. CAPÍTULO 12.

Rafael

121Cuando acabaron los festejos de la boda, Tobit llamó a Tobías y le recordó:
-Hijo, a ver si le pagas a tu compañero. Y dale una buea propina.
2Tobías respondió:
-Padre, ¿cuánto le doy? No salgo perdiendo ni aunque le dé la mitad de los bienes que trajo conmigo. 3Me ha guiado sin que me pasara nada malo, curó a mi mujer, trajo el dinero conmigo y te curó a ti. ¿Cuándo le doy?
4Tobit dijo:
-Hijo, bien se merece la mitad de todo lo que ha traído.
5Así es que lo llamó y le dijo:
-Como paga, toma la mitad de todo lo que has traído, y vete en paz.
6Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo:
-Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los beneficios que os ha hecho, para que todos canten himnos en su honor. Manifestad a todos las obras del Señor como él se merece, y no seáis negligentes en darle gracias. 7Si el secreto del rey hay que guardarlo, las obras de Dios hay que publicarlas y proclamarlas como se merecen. Obrad bien, y no os vendrá ninguna desgracia. 8Más vale la oración sincera y la limosna generosa que la riqueza adquirida injustamente. Más vale hacer limosnas que atesorar dinero. 9La limosna libra de la muerte y expía el pecado. Los que hacen limosnas se saciarán de vida. 10Los pecadores y los malhechores son enemigos de sí mismos. 11Os descubriré toda la verdad sin ocultaros nada. Ya os dije que si el secreto del rey hay que guardarlo, las obras de Dios hay que publicarlas como se merecen. 12Pues bien, cuando Sara y tú estabais rezando, yo presentaba al Señor de la gloria el memorial de tu oración. Lo mismo cuando enterrabas a los muertos. 13Y cuando te levantaste de la mesa sin dudar, y dejaste la comida para ir a enterrar a aquel muerto, Dios me envió para probarte; 14pero me ha enviado de nuevo para curarte a ti y a tu nuera, Sara. 15Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio de Dios y tienen acceso ante el Señor de la gloria.
16Los dos hombres se asustaron y cayeron rostro en tierra, temerosos.
17Rafael les dijo:
18-No temáis. ¡Paz! Bendecid a Dios siempre. Mi presencia entre vosotros no se ha debido a mí, sino a la voluntad de Dios. Bendecidlo siempre y cantadle himnos. 19Aunque me veíais comer, no comía; era pura apariencia. 20Así, pues, bendecid al Señor en la tierra, dad gracias a Dios. Yo subo ahora al que me envió. Vosotros escribid todo lo que os ha ocurrido.
21El ángel desapareció. Cuando se pusieron en  pie, ya no lo vieron. 22Entonces bendijeron y cantaron a Dios, dándole gracias por aquellas maravillas que hizo, porque se les había aparecido un ángel de Dios.

Explicación.

12,6-22 Anagnórisis o reconocimiento del ángel. Es recurso de textos literarios en los que los dioses se dan a conocer después de haber puesto a prueba a los mortales (recuérdese Jue 13). Suele ser un momento impresionante, de alivio y resolución. No sucede aquí, porque todo quedó explicado de antemano.
Da la impresión de que el texto está estratificado con adiciones o ampliaciones de dos tipos. El autor o alguien después ha aprovechado el momento para instruir. El relato escueto podría discurrir así:

12,8a Invitación a bendecir y dar gracias a Dios;

12,15 Rafael se identifica como ángel;

12,16 Los hombres se asustan ante la presencia sobrehumana.

12,17 El ángel los tranquiliza.

12,21 Y desaparece.

12,22 Los hombres alaban a Dios.

Hágase la lectura seguida y se obtendrá una exposición lineal sin tropiezos.
En ese hilo narrativo se han ensartado dos piezas: una ética, de consejos, otra teológica, de explicación sobre los ángeles. La primera queda definida por los versos 7a y 11a. La segunda se reparte antes y después de la identificación, 12-14 y 19-20.

Los consejos se concentran en la limosna. Son la sanción angélica de los consejos paternos. El estilo es sapiencial. El ángel es miembro de la corte celeste, dispuesto a cumplir las órdenes de Dios. Es mediador que presenta a Dios las oraciones y buenas obras de los  hombres.

12,6 La divulgación agradecida es tema tradicional de los salmos: p. ej. 18,50; 22,23; 66,16; 73,28; 145,4.7.

12,7 Compárese con Prov 25,1-2.

12,8 Cfr. Prov 10,2; Eclo 29,8-13; 40,17.

12,12 En la gran oración de Salomón al inaugurar el templo (1 Re 8) se dice que el Señor escucha directamente las súplicas de los fieles; del mismo modo piensan y hablan los salmos. Un mediador que presente a Dios las oraciones podría remontarse vagamente a la visión de Jacob (Gn 28).

12,13 Más aún se puede decir de las buenas obras. Aun contando con la inspección angélica de Gn 18-19.

12,15 El cielo es como la corte de un soberano con sus cortesanos. Destaca un consejo de siete ministros que tienen acceso al soberano y están a su disposición para encargos especiales. En un tiempo esos ministros eran bene ´elim o bene ´elohim (Sal 29; 82). Más tarde toman forman diversas: 1 Re 22,19; Job 1,6; 2,1; 4,18; 15; Zac 3,1-3.

12,16 Como en Jue 13,20-23.

12,19 En Gn 18 los tres visitantes celestes aceptan sin cumplidos el banquete que les ofrece Abrahán. En Jue 6,20-21 la comida preparada por Gedeón es consumida por el fuego celeste; en Jue 13,16 el ángel rehúsa probar comida. ¿Qué versión se debe preferir? El relato supone que Rafael ha participado en varios banquetes: ¿cómo hay que entenderlo? El autor o un discípulo escrupuloso aclara la cuestión: aparentaba comer.

12,20 Buen recurso del autor, para acreditar su obra, decir que la ha escrito por encargo de su ángel.

TOBÍAS. CAPÍTULO 11.

Curación de Tobit 

111-2Cuando estaban cerca de Caserín, frente a Nínive, dijo a Rafael:
3-Tú sabes en qué situación quedó tu padre. Vamos a adelantarnos a tu mujer y preparar la casa en lo que llegan los demás.
4Caminaron los dos juntos, y Rafael le dijo:
-Ten a mano la hiel.
(El perro fue detrás de ellos).
5Ana estaba sentada, oteando el camino por donde tenía que llegar su hijo. 6Tuvo el presentimiento de que llegaba, y dijo al padre:
-Mira, viene tu hijo con su compañero.
7Rafael dijo a Tobías antes de llegar a casa:
8-Estoy seguro de que tu padre recuperará la vista. Úntale los ojos con la hiel del pez; el remedio hará que las nubes de los ojos se contraigan y se le desprendan. Tu padre recobrará la vista y verá la luz.
9Ana fue corriendo a arrojarse al cuello de su hijo, diciéndole:
-Te veo, hijo, ya puedo morirme.
Y se echó a llorar.
10Tobit se puso en pie, y, tropezando, salió por la puerta del patio. 11Tobías fue hacia él con la hiel del pez en la mano; le sopló en los ojos, le agarró la mano y le dijo:
-Ánimo, padre.
12Le echó el remedio, se lo aplicó y luego con las dos manos le quitó como una piel de los lagrimales. 13Tobit se le arrojó al cuello, llorando, mientras decía:
-Te veo, hijo, luz de mis ojos.
14Luego añadió:
<<Bendito sea Dios,
bendito sea su gran nombre,
benditos todos sus ángeles
por siempre.
Que su nombre glorioso
nos proteja,
porque si antes me castigó
ahora veo a mi hijo. Tobías.
15Tobías entró en casa contento y bendiciendo a Dios a voz en cuello. Luego le contó a su padre lo bien que les había salido el viaje: traía el dinero y se había casado con Sara, la hija de Ragüel:
-Está ya cerca, a las puertas de Nínive.
16Tobit salió al encuentro de su nuera, hacia las puertas de Nínive. Iba contento y bendiciendo a Dios, y los ninivitas, al verlo caminar con paso firme y sin ningún lazarillo, se sorprendían. Tobit les confesaba abiertamente que Dios había tenido misericordia y le había devuelto la vista. 17Cuando llegó cerca de Sara, mujer de su hijo, Tobías, le echó está bendición:
-¡Bienvenida, hija! Bendito sea tu Dios, que te ha traído aquí. Bendito sea tu padre, bendito mi hijo, Tobías, y bendita tú, hija. ¡Bienvenida a ésta tu casa! Que goces de alegría y bienestar. Entra, hija.
18Todos los judíos de Nínive celebraron aquel día una gran fiesta, 19y Ajicar y Nadab, los sobrinos de Tobit, fueron a casa de Tobit a darle la enhorabuena.

Explicación.

11 En el momento de los encuentros, el narrador responsable estrecha el ritmo del montaje, pasando de un punto a otro a medida que se acercan los personajes. En esquema quedaría así:
11, 1-4 Rafael y Tobías.

11, 5-6 Ana y Tobit.

11,7-8 Rafael y Tobías.

11,9 Ana y Tobit.

11,10 Tobit.

11,11-14 Tobías y Tobit. Pausa.

11,15 Tobías entra en casa.

11,16 Tobit sale.

11,17 Tobit y Sara.

11,18-19 Fiesta Coral.

 Los cambios de parejas dan unpoco de variedad. La curación de la ceguera debería ser el segundo momento culminante. Rafael encarga al joven la ejecución.

11,4 La reaparición del perro nos devuelve mentalmente al momento de la partida (6,1). No faltaron comentaristas que vieron en el perro una imagen del predicador del evangelio, portador de la buena noticia. Particularmente, teniendo en cuenta la versión de la Vulgata que retrasa ese detalle y se complace en describirlo.

11,8 "Verá la luz" hace eco a 3,17.

11,10 La Vulgata amplifica con detalles acertados el encuentro.

11,12 La Vulgata amplifica el proceso de la curación. El paralelismo de las medicinas invita a la reflexión. Dos remedios sacados del mismo pez ahuyentan un demonio maléfico y el velo de la ceguera. El demonio atenta contra la vida, la ceguera es como muerte en vida (5,10). El hombre no debe sucumbir a sus demonios ni a sus debilidades, cuando hay remedios para librarse de ambos. Ni magia ni milagro. Lo único extraordinario es el saber sobrehumano que el ángel comunica a los fieles de Dios. Ben Sira sale por los fueros de los médicos (Eclo 38,1-8). El ángel se ha escondido para revelar los remedios, después ha exigido la colaboración del hombre. Esto lo ha aprendido Tobías en su viaje. El dinero depositado durante veinte años ha servido para poner en marcha los descubrimientos. El dinero no es más que dinero, vale más el hijo (5,19). Pero el hijo valdrá más cuando haya aprendido y sepa hacer algo más que estar cerca consolando.

11,13 "Luz de mis ojos": la expresión (10,5) suena ahora con acento triunfal.

11,14 Tradicionalmente los ángeles son invitados a bendecir a Dios (Sal 103,20; 148,2). Bendecir a los ángeles es una anomalía o una singularidad del narrador. Tobit bendice a los ángeles sin saber todavía quién es Rafael. "Nos proteja" o "esté sobre nosotros" (cfr. Nm 6,27).

11,19 La presencia de Ajicar y Nadab es artificial y queda al margen del relato.

TOBÍAS. CAPÍTULO 10.

La vuelta a casa.

101Por su parte, Tobit iba contando, uno por uno, los días del viaje de Tobías, la ida y la vuelta. Pero pasó el tiempo sin que su hijo volviera, 2y pensó: <<¡Ha tenido allí algún contratiempo! A lo mejor ha muerto Gabael y no le da nadie el dinero>>. 3Y empezó a preocuparse.
4Su mujer, Ana, decía:
-Mi hijo ha muerto. Mi hijo ya no vive.
Y empezó a llorar y a lamentarse por él:
5-¡Ay de mí, hijo! ¡Te dejé marchar, y tú eras la luz de mis ojos!
6Tobit le reñía:
-Calla, no te preocupes, mujer. Está sano y salvo. Habrá tenido allí mucho que hacer. Su compañero es de confianza, es uno de los nuestros. No te aflijas por él, mujer, llegará en seguida.
7Pero ella repuso:
-Calla, déjame, no intentes engañarme. Mi hijo ha muerto.
Y todos los días iba a otear el camino por donde había marchado su hijo, porque no creía a nadie. Y cuando se ponía el sol entraba en casa, lamentándose, y se pasaba la noche llorando, sin poder dormir.
8Cuando pasaron los catorce días de fiesta que Ragüel había jurado hacer a su hija por la boda. Tobías fue a decirle:
-Déjame marchar, porque estoy seguro que mi padre y mi madre piensan que no volverán a verme. Te ruego, padre, que me dejes marchar a mi casa. Ya te dije en qué situación los dejé.
9Ragüel respondió:
-Quédate, hijo, quédate conmigo. Yo mandaré un correo a tu padre, Tobit, con noticias tuyas. 
Pero Tobías repuso:
-No, no. Por favor, déjame volver a mi casa.
10Entonces Ragüel, sin más, entregó a Tobías su mujer, Sara, y la mitad de sus bienes, criados y criadas, vacas y ovejas, burros y camellos, ropa, dinero y vajilla. 11Los despidió sanos y salvos, diciéndole a Tobías:
-Salud, hijo. Que tengas buen viaje. El Señor del cielo os guíe, a ti y a tu mujer, Sara. A ver si antes de morirme puedo ver a vuestros hijos.
12Luego dijo a su hija, Sara:
-Ve a casa de tu suegro. Desde ahora ellos son tus padres, como los que te hemos dado la vida.* 14c¡Ojalá puedas honrarlos mientras vivan! Vete en paz, hija. A ver si mientras vivo no oigo más que buenas noticias tuyas.
Los abrazó y les dejó marchar.
13Edna se despidió de Tobías:
-Hijo y pariente querido, que el Señor te lleve a casa. A ver si antes de morirme puedo ver a vuestros hijos. Delante de Dios te confío a mi hija, Sara. No la disgustes nunca. Anda en paz, hijo.Desde ahora yo soy tu madre y Sara tu hermana. ¡Ojalá viviéramos todos juntos toda la vida!
Los besó y los despidió sanos y salvos.
14Así marchó Tobías de casa de Ragüel, sano y salvo, alegre y alabando al Señor del cielo y tierra, rey del universo, por el éxito del viaje.

Explicación.

10 Se adensan los paralelos con las narraciones patriarcales, en particular con la vuelta de Jacob a Canaán: despedida del suegro, viaje con la mujer y las posesiones, encuentro con ángeles. Al destino histórico de Jacob, padre de tribus, corresponde el destino de una familia de desterrados, y el ángel es su servidor doméstico. En cambio, falta el dramatismo, suplido con despedidas efusivas regadas con lágrimas. Retorna la técnica del montaje paralelo, pero sin doble oración. El joven, ya iniciado, toma la iniciativa.
10,1-7 La espera en casa de los padres se salva por el contaste entre ambos y por la incoherencia acertada de las reacciones. Tobit, internamente preocupado, intenta tranquilizarse tranquilizando a su esposa. Ella, después de afirmar que su hijo ha muerto, sigue saliendo a esperarlo. No llegan a compartir el dolor común y la común esperanza. Hay un momento estremecido, cuando la mujer, en presencia del marido ciego, llama a su hijo "luz de mis ojos". La Vulgata amplifica la escena.

10,9 "Un correo": en griego angelos, de doble sentido, en presencia de Rafael. Hay cosas que no puede hacer un mensajero: la mejor noticia para los padres es el hijo en persona.

10,11 Es desproporcionado el espacio concedido a las despedidas. La enseñanza edificante suplanta a la narración interesante.

10,12 El v.14c va detrás del v.12.

TOBÍAS. CAPÍTULO 9.

91Entonces Tobías llamó a Rafael, y le dijo:
2-Amigo Azarías, vete a Ragués con cuatro criados y dos camellos. 3Llégate a casa de Gabael, dale el recibo, carga el dinero y a él te lo traes a la boda. 4Ya sabes que mi padre estará contando los días, y basta que me retrase un día para darle un disgusto. Y ya ves que tampoco puedo quebrantar el juramento de Ragüel.
5Rafael marchó a Ragués de Media con los cuatro criados y los dos camellos, y se hospedaron en casa de Gabael. Rafael le entregó el recibo y le habló de Tobías, hijo de Tobit: que se había casado y que lo invitaba a la boda. Gabael contó inmediatamente los sacos precintados y los cargaron.
6De madrugada partieron juntos para ir a la boda. Al llegar a casa de Ragüel encontraron a Tobías sentado a la mesa. Se levantó y saludó a Gabael, que le echó la bendición entre lágrimas:
-¡Qué buen hijo de un padre excelente, honrado y caritativo! Que el Señor te bendiga con bendiciones del cielo, y también a tu mujer y a tus suegros. Bendito sea Dios, porque estoy viendo el vivo retrato de mi primo Tobit.

Explicación.

9 A partir de la boda, el relato avanza en movimiento anticlimático. El presente capítulo llena neutralmente el tiempo de los festejos nupciales. El asunto del dinero ha pasado a segundo plano.
¿Se soluciona nada más un asunto familiar, de dos hijos únicos? ¿Está en juego la continuidad de una tribu en Israel? (Véase la preocupación expresada en Jue 21,3.7). Las referencias patriarcales (4,12 AB), las alusiones, la mención reiterada de la tribu parecen indicar que la preocupación del autor era más ancha. En una familia ejemplar se jugaba el destino de una tribu. Por eso Tobías era "salvador" (6,18) y los dos jóvenes reciben la bendición de la fecundidad. Tobit tiene que transmitir a su hijo una herencia económica y una espiritual, que es la fidelidad al Señor y la observancia de la ley, condición y garantía para la supervivencia de la tribu. Hombres como Tobit, familias como la de Tobías y Sara salvarán en la diáspora la integridad del pueblo.

9,6 Puede compararse con la bendición de Isaac a Jacob (Gn 27).