lunes, 19 de diciembre de 2016

TOBÍAS. CAPÍTULO 1.

Vida y milagros de un deportado

11 Historia de Tobit, hijo de Tobiel, de Ananiel, de Aduel, de Gabael, de la familia de Asiel, de la tribu de Neftalí, 2deportado desde Tisbé -al sur de Cades de Neftalí, en la alta Galilea, por encima de Jasor, detrás de la ruta occidental, al norte de Safed- durante el reinado de Salmanasar, rey de Asiria.
3Yo, Tobit, procedí toda mi vida con sinceridad y honradez, e hice muchas limosnas a mis parientes y compatriotas deportados conmigo a Nínive, de Asiria.
4De joven, cuando estaba en Israel, mi patria, toda la tribu de nuestro padre Neftalí se separó de la dinastía de David y de Jerusalén, la ciudad elegida entre todas las tribus de Israel como lugar para sus sacrificios, en la que había sido edificado y consagrado a perpetuidad el templo, morada de Dios.
5Todos mis parientes, y la tribu de nuestro padre Neftalí, ofrecían sacrificios al becerro que Jeroboán, rey de Israel, había puesto en Dan, en la serranía de Galilea; 6mientras que muchas veces era yo el único que iba a las fiestas de Jerusalén, como se lo prescribe a todo Israel una ley perpetua. Yo corría a Jerusalén con las primicias de los frutos y de los animales, con los diezmos del ganado y la primera lana de las ovejas, 7y lo entregaba a los sacerdotes, hijos de Aarón, para el culto; el diezmo del trigo y del vino, del aceite, de las granadas, de las higueras y demás árboles frutales se lo daba a los levitas que oficiaban en Jerusalén. El segundo diezmo lo cambiaba en dinero, juntando lo de seis años, y cuando iba cada año a Jerusalén lo gastaba allí. 8El tercer diezmo lo daba cada tres años a los huérfanos y viudas y a los prosélitos agregados a Israel. Lo comíamos según lo prescrito en la Ley de Moisés acerca de los diezmos, y según el encargo de Débora, madre de mi abuelo Ananiel (porque mi padre murió, dejándome huérfano).
9De mayor, me casé con una mujer de mi parentela llamada Ana; tuve de ella un hijo y le puse de nombre Tobías.
10Cuando me deportaron a Asiria como cautivo, vine a Ninive. Todos mis parientes y compatriotas comían manjares de los gentiles, 11pero yo me guardé muy bien de hacerlo. 12Y como yo tenía muy presente a Dios, 13el Altísimo hizo que me ganara el favor de Salmanasar, y llegué a ser su proveedor. 14Hasta que murió, yo solía ir a Media, y allí hacía las compras en casa de Gabriel, hijo de Gabri, en Ragués de Media, y allí dejé en depósito unos sacos con trescientos kilos de plata.
15Cuando murió Salmanasar, su hijo Senaquerib le sucedió en el trono. Las rutas de Media se cerraron y ya no pude volver allá.
16En tiempos de Salmanasar hice muchas limosnas a mis compatriotas: 17di mi pan al hambriento y mi ropa al desnudo, y si veían a algún israelita muerto y arrojado tras la muralla de Nínive, lo enterraba. 18Así, enterré a los que mató Senaquerib al volver huyendo de Judea; el Rey del cielo lo castigó por sus blasfemias, y él, despechado, mató a muchos israelitas; yo recogí los cadáveres y los enterré a escondidas; Senaquerib mandó buscarlos, pero no aparecieron. 19Un ninivita fue a denunciarme al rey, diciendo que era yo el que los había enterrado. Me escondí, y cuando me cercioré de que el rey lo sabía y que me buscaban para matarme, huí lleno de miedo. 20Entonces me consficaron todos los bienes; se lo llevaron todo para el tesoro real y me dejaron únicamente a mi mujer, Ana, y mi hijo, Tobías.
21No habían pasado cuarenta días cuando a Senaquerib lo asesinaron sus dos hijos; huyeron a los montes de Ararat, y su hijo Asaradón le sucedió en el trono. Asaradón puso a Ajicar, hijo de mi hermano Anael, al frente de la hacienda pública, con autoridad sobre toda la administración.
22Ajicar intercedió por mí y pude volver a Nínive. Durante el reinado de Senaquerib de Asiria, Ajicar había sido copero mayor, canciller, tesorero y contable, y Asaradón lo en sus cargos. Ajicar era de mi parentela, sobrino mío.

Explicación.

1,1 El título es a la letra "Libro de los hechos de Tobit", calco de un hebreo seper dibre N. En la genealogía hay varios nombres teofóricos con él, el del hijo con -Yah. Se repite el componente tob = bueno, que aparece en otros contextos: Tabeel (Is 7,6), una familia influyente de Tobíadas en tiempo de Nehemías (Neh 2,10.19; 13,4.7-8 etc), otras en Babilonia y en tiempo de los Macabeos (2 Mac 3,11).
Neftalí era una tribu menor del territorio septentrional. En ella descuella Tobit con función neopatriarcal.

1,2 La acción sucede después de la caída de Samaría (721) y de la deportación forzosa de israelitas (2 Re 15-29ss y 17); menciona también la caída de Jerusalén (cap.13). En tiempo de los seléucidas, Asiria era el nombre disimulado que los judíos daban a Siria.

1,3 Comienza en primera persona, a manera de autobiografía, que llega sólo hasta 3,6, al entrar en escena Sara. El género tiene antecedentes en las memorias de Nehemías. No sabemos la razón del cambio brusco. En primera persona, Tobit comienza con una confesión pública de sus virtudes. Nos suena como la del fariseo que daba gracias a Dios porque era muy bueno y "no como los demás" (Lc 18,9-14). La Vulgata comienza el relato en tercera persona, quizá siguiendo el consejo de Prov 27,2 "Que te alabe el extraño, y no tu boca".

Su confesión, que abarca la vida en la patria y en el destierro, permite una comparación útil. En la patria la peregrinación al santuario central, en el destierro los alimentos puros. En la patria los diezmos legales, en el destierro la limosna.

1,4-5 "Se separó": alude al cisma (1 Re 12). El pecado de Jeroboán atraviesa de modo obsesivo toda la historia del reino septentrional y se declara causa principal de su destrucción. El texto AB habla maliciosamente de "una becerra dedicada a Baal". "Todos mis parientes": a la luz de 5,14, expresión exagerada o simplificada.

1,6-7 Según el calendario de Dt 16 y según la legislación de Dt 12; 14,22-29; 26,12-13.

1,8 Los "prosélitos" son adición a la legislación tradicional; pueden ocupar el puesto de los gerim o emigrantes avecindados en territorio israelita. El proselitismo, como fenómeno extendido, es posterior; una primera huella podría rastrearse en Is 56,3.

La Vulgata simplifica o altera la contabilidad religiosa de estos versos.

1,9 "De mi parentela": según Nm 36,6-7. La endogamia dentro de la tribu y clan es uno de los motivos conductores del libro. El hecho de que Tobías sea hijo único dará intensidad a dicha preocupación y lo acercará al modelo de Isaac como sucesor legítimo.

1,10-11 El tema de los alimentos (lv 11; Dt 14) ocupa un primer plano en Dn 1, con efectos dietéticos maravillosos. Lo explota Judit para despitar a Holofernes. Es motivo de los martirios de 2 Mac 6-7.

1,12 "Tenía presente al Señor", a pesar de la ausencia del destierro, sin templo ni culto. "Con toda el alma" (Dt 6,4): excluye toda división interna, toda fisura de sincretismo. Es paradójico que por su fidelidad exclusiva al Señor, alcance Tobit el favor del que adora al dios Asur; cosas de Dios (cfr. Prov 21,1).

1,13 La serie de los monarcas asirios es la siguiente: A Tiglat Piléser III sucede en 727 su hijo Salmanasar; le sucede el 721 el usurpador Sargón II; después Senaquerib, 705-681 y después Asaradón, 681-669. Sargón remató la conquista de Samaría.

1,14 Aparece Gabael, del mismo clan que Tobit. Ragués distaba unos mil km, al este de Nínive, en territorio que dominarán los Medos. Se considera el dinero no acuñado, al peso. Cuatrocientos sesenta kilos de plata es una cantidad respetable. El joven Tobías no irá a rescatar un terreno enajenado, sino a cobrar un dinero depositado.

1,15 La intranquilidad de las fronteras corresponde a hechos históricos. Pueblos limítrofes, sometidos o vasallos, aprovechaban cualquier ocasión para hostilizar al imperio. Los medos formaron más tarde parte de la coalición que acabó con el imperio asirio, a finales del siglo VII.

La Vulgata hace de Tobit un misionero itinerante, que aprovecha la libertad de movimientos para repartir buenos consejos entre sus paisanos.

1,17 Véanse Job 31,17-20; Is 58,7. Dejar sin sepultura era grave afrenta (p. ej. Is 14,19-20; Jr 22,18-19). Sepultar a un muerto era obra de misericordia (p. ej. 2 Sm 21,10-14; 1 Re 13,28-30).

1,18 La historia se lee en Is 37,36-37. Las blasfemias son sus discursos arrogantes: Is 10,8-11 y 36,18-20.23.

1,19 Con cambios importantes, recuerda la primera actuación de Moisés: un hombre asesinado, sepultado, la denuncia y la huida.

1,21a De hecho la muerte sucedió dos decenios más tarde.

1,21b-22 Sin introducción y sin justificación entra en escena un personaje ilustre e innecesario. Reaparecerá, no menos artificialmente, al final del libro. Ajicar entra como huésped de honor imprevisto, a quien se hace puesto a toda costa. La historia de Ajicar gozó de gran aceptación en la antigüedad, como prueban traducciones en varias lenguas e influjos en otros textos. Aparece ya entre los escritos de Elefantina (siglo V).

El parecido con el libro de Tobías es demasiado genérico: carácter sapiencial aleccionador, series de consejos, ficción didáctica, episodios de corte, relato en primera persona. Las diferencias son enormes. En conjunto me parece literariamente superior el relato de Ajicar.

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