lunes, 19 de diciembre de 2016

TOBÍAS. CAPÍTULO 5.

El guía desconocido.

51Tobías respondió a su padre, Tobit:
2-Padre, haré lo que me has dicho. Pero ¿cómo podré recuperar ese dinero de Gabael, si ni él ni yo nos conocemos? ¿Qué contraseña puedo darle para que me reconozc y se fíe de mí y me dé el dinero? Además, no conozco el camino de Media.
3Tobit le dijo:
-Gabael me dio un recibo, y yo le di el mío; firmamos los dos el contrato, después lo rompí por la mitad y tomamos cada uno una parte, de modo que una quedó con el dinero. ¡Veinte años hace que dejé en depósito ese dinero! Bien, hijo, búscate un hombre de confianza que pueda acompañarte, y le pagaremos por todo lo que dure el viaje. Vete a recuperar ese dinero.
4Tobías salió a buscar un guía experto que lo acompañase a Media. Cuando salió se encontró con el ángel Rafael, parado; pero no sabía que era un ángel de Dios. 5Le preguntó:
-¿De dónde eres, buen hombre?
Respondió:
-Soy un israelita compatriota tuyo y he venido aquí buscando trabajo.
Tobías le preguntó:
-¿Sabes por dónde se va a Media?
6Rafael le dijo:
-Sí. He estado allí muchas veces y conozco muy bien todos los caminos. He ido a Media con frecuencia, parando en casa de Gabael, el paisano nuestro que vive en Ragués de Media. Ragués está a dos días enteros de camino desde Ecbatana, porque queda en la montaña.
7Entonces Tobías le dijo:
-Espérame aquí, buen hombre, mientras voy a decírselo a mi padre. Porque necesito que me acompañes; ya te lo pagaré.
8El otro respondió:
-Bueno, espero aquí, pero no te entretengas.
9Tobías fue a informar a su padre, Tobit:
-Mira, he encontrado a un israelita compatriota nuestro.
Tobit le dijo:
-Llamámelo, que yo me entere de qué familia y de qué tribu es, y a ver si es de confianza para acomparte, hijo.
Tobías salió a llamarlo:
-Buen hombre, mi padre te llama.
10Cuando entró, Tobit se adelantó a saludarlo. El ángel le respondió:
-¡Qué tengas salud!
Pero Tobit comentó:
-¿Qué salud puedo tener? Soy un ciego que no ve la luz del día. Vivo en la oscuridad, como los muertos, que ya no ven la luz. Estoy muerto en vida: oigo hablar a la gente, pero no la veo.
El ángel le dijo:
-Ánimo, Dios te curará pronto; ánimo.
Entonces Tobit le preguntó:
-Mi hijo Tobías quiere ir a Media. ¿Podrías acompañarlo como guía? Yo te lo pagaré, amigo.
Él respondió:
-Sí. Conozco todos los caminos. He ido a Media muchas veces, he atravesado sus llanuras y sus montañas; sé todos los caminos.
11Tobit le preguntó:
-Amigo, ¿de qué familia y de qué tribu eres? Dímelo.
12Rafael respondió:
-¿Qué falta te hace saber mi britu?
Tobit dijo:
-Amigo, quiero saber exactamente tu nombre y apellido.
13Rafael respondió:
-Soy Azarías, hijo del ilustre Ananías, compatriota tuyo.
14Entonces Tobit le dijo:
-¡Seas bien venido, amigo! No te enfades si he querido saber exactamente de qué familia eres. Ahora resulta que tú eres pariente nuestro, y de muy buena familia. Yo conozco a Ananías y a Natán, los dos hijos del ilustre Semeyas. Iban conmigo a adorar a Dios en Jerusalén, y no han tirado por mal camino. Los tuyos son buena gente. Bienvenido, hombre; eres de buena cepa.
15Y añadió:
-Te daré como paga una dracma diaria y la manutención, lo mismo que a mi hijo. 16Acompáñale, y ya añadiré algo a la paga.
17Rafael respondió:
-Lo acompañaré. No tengas miedo: sanos marchamos y sanos volveremos; el camino es seguro.
Tobit le dijo:
-Amigo mío, Dios te lo pague.
Luego llamó a Tobías y le habló así:
-Hijo, prepara el viaje y vete con tu pariente. Que el Dios del cielo os proteja allá y os traiga de nuevo sanos y salvos. Que su ángel os acompañe con su protección, hijo.
Tobías besó a su padre y a su madre y emprendió la marcha, mientras Tobit le decía:
-¡Buen viaje!
18Pero la madre se echó a llorar, y dijo a Tobit:
-¿Por qué has mandado a mi hijo? ¡Él, que era nuestro apoyo, que lo teníamos siempre cerca! 19El dinero no es más que dinero, es basura en comparación con nuestro hijo. 20¡Nos bastaba vivir con lo que Dios nos daba!
21Tobit le dijo:
-No te atormentes. Nuestro hijo ha marchado sano y salvo, y sano y salvo volverá. Lo verás con tus ojos el día que regrese sano y salvo. 22No te atormentes ni te apures por ellos, mujer, que un ángel bueno lo acompañará, le dará un viaje feliz y lo traerá sano y salvo.
23Ella dejó de llorar.

Explicación.

5,1 Tobía saldrá en busca del dinero como Saúl en busca de las borricas extraviadas (1 Sm 9). La versión AB es más escueta.
5,3 El texto griego resulta algo oscuro (cfr. Jr 32). El texto del contrato se rompía en dos partes, que debían coincidir y recomponerse a manera de contraseña y comprobación.

5,4 Compárese con Jue 13,16 y con Gn 28,16.

5,5 Compárese con Jos 5,13-14.

5,6 La distancia de dos días no responde a nuestros conocimientos geográficos; quizá el original fuera más exacto.

5,7-8 "Espérame aquí...": casi a la letra en Jue 6,18 y 13,15.

5,9 Es un momento de ironía dramática: Tobit averiguando si el ángel es persona de confianza.

5,10 Tobit se encuentra en la situación del anciano Isaac. Ceguera, tinieblas y muerte se sobreponen como en el Sal 88; véase también Sal 49,20. Nacer era venir a la luz, vivir era ver la luz de Dios. Por eso la ceguera es como una muerte en vida, sin esperanza de resurrección. "Dios te curará": paronomasia con el nombre de Rafael. Es otro momento de ironía dramática, pues para eso ha venido el ángel.

5,11-12 Preguntas y respuestas recuerdan otros casos: Gn 32,28-30 Jacob y el ángel; Jue 13,17-18 Manoj y el ángel.

5,12 Azarías significa Auxilio del Señor, Ananías Misericorida del Señor. En este punto algunos comentaristas antiguos se ponían a discutir si el ángel había mentido o no.

5,14 Al joven Tobías lo incitaba el ángel dejando caer al descuido el nombre de Gabael. Al anciano Tobit lo ceba con los recuerdos: de un Dios fiel y de unos israelitas fieles al culto en Jerusalén. Del "mal camino" en sentido moral se pasa al "buen camino" en sentido físico. "De buena cepa": nuevo momento de ironía dramática.

5,15 La dracma era moneda acuñada.

5,17 "Sanos y salvos": juega de nuevo con la etimología de Rafael. El camino: como en los textos citados de Ex y según Sal 91, 11-12. Por este servicio se repartirá Rafael con Cristóbal el patronazgo de viajeros y caminantes. "Que su ángel os acompañe" es el colmo de la ironía dramática.

5,18-20 Menos mal que la madre añade un poco de dramatismo a un desarrollo demasiado fácil y feliz. Ana vuelve a su papel de antagonista doméstica: se opone a la necesaria iniciación del hijo; rehusando el riesgo, no lo deja madurar.

5,21 Tobit ha ganado confianza con la intervención del ángel. Su ceguera suena en sordina cuando dice a la mujer "tus ojos lo verán".

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