lunes, 19 de diciembre de 2016

TOBÍAS. CAPÍTULO 6.

El viaje

61Cuando salieron el muchacho y el ángel, el perro se fue con ellos. Caminaron hasta que se les hizo de noche, y acamparon junto al río Tigris. 2El muchacho bajó hasta el río a lavarse los pies, y un pez enorme saltó del río intentando arrancarle un pie. 3Tobías dio un grito, y el ángel le dijo:
-¡Agárralo, no lo sueltes!
4Tobías sujetó al pez y lo sacó a la tierra. Entonces, el ángel le dijo:
-Ábrelo, quítale la hiel, el corazón y el hígado, y guárdalos, porque sirven como remedios; los intestinos, tíralos.
5El chico abrió el pez y juntó la hiel, el corazón y el hígado; luego asó un trozo del pez, lo comió y saló el resto.
6Siguieron su camino juntos hasta llegar a Media.
7Entonces Tobías preguntó al ángel:
-Amigo Azarías, ¿qué remedios se sacan del corazón, del hígado y de la hiel del pez?
8El ángel respondió:
-Si a un hombre o a una mujer le dan ataques de un demonio o un espíritu malo, se queman allí delante el corazón y el hígado del pez, y ya no vuelven los ataques. 9Y si uno tiene nubes en los ojos, se le unta con la hiel; luego se sopla, y se cura.
10Habían entrado ya en Media, y estaban cerca de Ecbatana, 11cuando Rafael dijo al chico: 
-Amigo Tobías.
Él respondió:
-¿Qué?
Rafael dijo:
-Hoy vamos a hacer noche en casa de Ragüel. Es pariente tuyo, y tiene una hija llamada Sara. 12Es hija única. Tú eres el pariente con más derecho a casarse con ella y a heredar los bienes de su padre. La muchacha es formal, decidida y muy guapa, y su padre es de buena posición.
13Luego siguió:
-Tú tienes derecho a casarte con ella. Escucha amigo. Esta misma noche hablará al padre acerca de la muchacha, para que te la reserve como prometida. Y cuando volvamos de Ragués hacemos la boda. Estoy seguro de que Ragüel no va a poner obstáculos ni la va a casar con otro. Se expondría a la pena de muerte, según la Ley de Moisés, sabiendo como sabe que su hija te pertenece a ti antes que a cualquier otro. De manera que escucha, amigo. Esta misma noche vamos a tratar acerca de la muchacha y hacemos la petición de mano. Luego, cuando volvamos a Reagués, la recogemos y la llevamos con nosotros a tu casa.
14Tobías le dijo:
-Amigo Azarías, he oído que ya se ha casado siete veces, y todos los maridos han muerto en la alcoba la noche de bodas cuando se acercaban a ella. He oído decir que los mataba un demonio, 15y como el demonio no le hace daño a ella, pero mata al que quiere acercársele, yo, como soy hijo único, tengo miedo de morirme y de mandar a la sepultura a mis padres del disgusto que les iba a dar. Y no tienen otro hijo que pueda enterrarlos.
16El ángel le preguntó:
-¿Y no te acuerdas de las recomendaciones que te hizo tu padre: que te casaras con una de la familia? Mira, escucha, amigo, no te preocupes por ese demonio; tú cásate con ella; sé que esta misma noche te la darán como esposa. 17Y cuando vayas a entrar en la alcoba, toma un poco de hígado y del corazón del pez y échalo en el brasero del incienso. Al esparcirse el olor, en cuanto el demonio lo huela, escapará y ya no volverá a aparecer cerca de ella. 18Cuando vayas a unirte a ella, levantaos antes los dos y orad pidiendo al Señor del cielo que os conceda su misericordia y que os proteja. No temas; que ella te está destinada desde la eternidad; tú la salvarás, ella irá contigo, y pienso que te dará hijos muy queridos. No te preocupes.
19Al oír Tobías lo que iba diciendo, Rafael, y que Sara era pariente suya, de la familia de su padre, le tomó cariño y se enamoró de ella.

Explicación.

6 El viaje. a) En la intención de Tobit, para cobrar el dinero. La cantidad justifica el largo viaje, y el riesgo queda conjurado por el guía de confianza. b) En términos de folclore, es un viaje de iniciación: superando obstáculos se hará adulto. Lo malo es que el ángel le va allanando los obstáculos. c) En la perspectiva del Éxodo. El "pez grande" en el Tigris parece una reducción del Mar Rojo visto como monstruo marino (cfr. Sal 74,13). El narrador no ha sabido explotar el tema. d) En el proceso narrativo. Hay una correspondencia o proporción: pez / Tobías = demonio / Sara. La primera victoria procura valor y medios para superar la segunda.

El ángel se ha puesto al servicio de Tobit para desbordar sus planes. Ana decía: vale más el hijo que el dinero; Rafael retuerce: vale más Sara que el dinero (cfr. Prov 18,22; Eclo 26,3; 36,29).

6,1 El perro no figura en la versión de AB. Retornará en el v. 11,4 y en el 11,9 de la Vulgata.

6,2 Según AB, el pez intentó devorar al joven. Muy selectivos eran los antiguos comentaristas que vieron en ese pez un tipo de Cristo.

6,8-9 La docta explicación de Rafael mira hacia delante, a un dato todavía no presente en la conciencia de Tobías, y hacia atrás, hacia lo que conoce demasiado bien. Parece usar como equivalentes "demonio" y "espíritu malo" (cfr. LXX: Dt 32,17; Sal 91,6; 96,5; 106,37; Is 13,21; 34,14 y 1 Sm 16,14.23).

6,11-19 Sara. El ángel se guardaba esta carta, cuando hacía el contrato con Tobit y durante el viaje con Tobías. Ahora la destapa sin dejar tiempo para preparativos, reflexiones ni arrepentimiento.

Aquí cambia de dirección el relato. Superando la equivalencia dinero / tierra, se impone otra clásica, tierra / mujer. La tierra de Canaán, habitada por demonios o ídolos (Dt 32,17; Sal 106,37), tierra que vomita o devora a sus habitantes (Lv 18,25; Nm 13,32), está destinada desde antiguo a Israel; cuando se cumpla el plazo (Gn 15,16), será limpiada y entregada a los israelitas, que la poseerán con toda su fecundidad y riquezas. De modo semejante s dirige Tobías hacia Sara. Y el ángel es el casamentero, especie de ninfagogo del novio (en vez de serlo de la novia). El ángel le dora la píldora al joven: si bien lo importante es cumplir un mandamiento de Moisés, la chica es guapa y rica. El joven, que de repente muestra estar informado sobre su prima, aprecia que cumplir esa ley es un acto arriesgado y heróico. Tobías no es un héroe. Sólo cuando Rafael le soluciona con toda sencillez el atroz problema, siente Tobías que de repente se ha enamorado de oídas de su pariente.

6,12 "Heredar": según la ley (Nm 36,9-10).

6,13 En ninguna parte del AT se lee que el marido haya de ser el más próximo dentro de una serie (sólo en caso del levirato), y jamás se menciona la pena de muerte para los transgresores. Ni siquiera Esdras llegó a tanto con su celo reformador: el delito era casarse con no israelitas y la pena era exclusión de la comunidad. Por implicación, Ragüel no sale bien parado de esta explicación del ángel.

6,14-15 Tobías objeta, declina, alegando deberes de piedad familiar (3,8.10).

6,15 Gn 37,35.

6,16-17 Como Tobías apelaba al posible disgusto de los padres, Rafael apela al mandato paterno (4,12 de AB). Pero argumenta como si no hubiera más muchachas casaderas en el clan.

La Vulgata introduce aquí la continencia de las tres primeras noches; doctrina que hizo pensar y discutir a comentaristas y moralistas de otros tiempos.

6,18 La idea de una esposa "destinada" para alguno se lee en Gn 24,14; "destinada desde la eternidad", es novedad del presente texto. Como si un destino eterno gravitase de repente sobre la conciencia de Tobías, desbancando el pensamiento de la ley y conjurando temores. Él será el salvador de ella al conducirla a su destino.

6,19 El paso del miedo mortal al entusiasmo del amor sucede en el espacio  de tres versos.




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