lunes, 19 de diciembre de 2016

TOBÍAS. CAPÍTULO 7.

La boda de Sara 

71Al llegar a Ecbatana, le dijo Tobías:
-Amigo Azarías, llévame derecho a casa de nuestro pariente Ragüel.
El ángel lo llevó a casa de Ragüel. Lo encontraron sentado a la puerta del patio; se adelantaron a saludarlo, y él les contestó:
-Tanto gusto, amigos; bienvenidos.
2Luego los hizo entrar en casa, y dijo a su mujer, Edna:
-¡Cómo se parece este chico a mi pariente Tobit!
3Edna le preguntó:
-¿De dónde sois, amigos?
Respondieron:
-Somos de la tribu de Neftalí, deportados en Nínive.
4Ella siguió:
-¿Conocéis a nuestro pariente Tobit?
Respondieron:
-Sí.
-¿Qué tal está?
5Le dijeron:
-Vive, está bien.
Y Tobías dijo:
-Es mi padre.
6Entonces Ragüel dio un salto, lo besó, llorando, y le dijo:
-¡Hijo, bendito seas! Tienes un padre excelente. ¡Qué desgracia que haya quedado ciego un hombre tan honrado y que daba tantas limosnas!
Y abrazado al cuello de su pariente Tobías, siguió llorando.
7Edna, la esposa, y su hija, Sara, lloraban también. Ragüel los acogió cordialmente y mandó matar un carnero.
9Cuando se lavaron y bañaron, se pusieron a la mesa. Tobías dijo a Rafael:
-Amigo Azarías, dile a Ragüel ue me dé a mi pariente Sara.
10Ragüel lo oyó, y dijo al muchacho:
-Tú come y bebe y disfruta a gusto esta noche. Porque, amigo, sólo tú tienes derecho a casarte con mi hija, Sara, y yo tampoco puedo dársela a otro, porque tú eres el pariente más cercano. Pero, hijo, te voy a hablar con toda franqueza. 11Ya se la he dado en matrimonio a siete de mi familia, y todos murieron la noche en que iban a acercarse a ella. Pero bueno, hijo, tú come y bebe, que el Señor cuidará de vosotros.
12Tobías replicó:
-No comeré ni beberé mientras no dejes decidido este asunto mío.
Ragüel le dijo:
-Lo haré. Y te la daré como prescribe la Ley de Moisés. Dios mismo manda que te la entregue, y yo te la confío. A partir de hoy, para siempre, sois marido y mujer. Es tuya desde hoy para siempre. ¡El Señor del cielo os ayude esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz!
13Llamó a su hija, Sara. Cuando se presentó, Ragüel le tomó la mano y se la entregó a Tobías, con estas palabras:
-Recíbela conforme al derecho y a lo prescrito en la Ley de Moisés, que manda se te dé por esposa. Tómala y llévala enhorabuena a casa de tu padre. Que el Dios del cielo os dé paz y bienestar.
14Luego llamó a la madre, mandó traer papel y escribió el acta del matrimonio: <<Que se la entregaba como esposa conforme a lo prescrito en la Ley de Moisés>>. Después empezaron a cenar.
15Ragüel llamó a su mujer, Edna, y le dijo:
-Mujer, prepara la obra habitación, y llévala allí.
16Edna se fue a arreglar la habitación que le había dicho su marido. Llevó allí a su hija y lloró por ella. Luego, enjugándose las lágrimas, le dijo:
17-Ánimo, hija, Que el Dios del cielo cambie tu tristeza en gozo. Ánimo, hija.
Y salió.

Explicación.

7,1 Desde el enamoramiento hasta la consumación del matrimonio no pasarán ni veinticuatro horas. Esta es la primera vez que el joven da órdenes a su empleado y guía; como acuciado por el amor repentino que siente.
7,2-7 El narrador acentúa el tono familiar, consciente de la importancia que las relaciones de familia adquieren en el destierro.

7,9 Lavarse antes de comer es observancia legal. A la mesa se sientan los tres hombres; la mujer sirve, la muchacha espera.

7,11-12 Tercera visión del asunto del demonio: el narrador (3,17), Tobías de oídas (6,14-15). Ragüel habla del maleficio sin mencionar al demonio. Su informe no produce efecto porque el narrador lo ha desactivado de antemano. Con todo, es extraño que Tobías no diga que tiene el remedio en el bolsillo.

7,12b-14 La ceremonia de la boda está muy simplificada. El padre actúa de notario y también da la bendición. El documento escrito reemplaza los juramentos de los testigos.
"Marido y mujer": el griego dice "hermano y hermana", según el hebreo, por su uso atestiguado en Prov 7,4 y Cant. La versión de AB abrevia la escena, la Vulgata la amplifica.

Si Ragüel teme seriamente por la vida de su sobrino, la ceremonia tiene una ironía trágica, macabra. En efecto, ¿qué significa "de hoy para siempre... llévala enhorabuena a casa de tu padre"? No se diría que está nombrando un nuevo candidato para una muerte probable e inminente. Ni el hecho de cumplir la ley de Moisés ni la voluntad de Dios bastan para tranquilizarlo.

7,16-17 La madre entra en el juego: ¿está preparando una alcoba nupcial o una cámara mortuoria? Son bien poco unas lágrimas y una jaculatoria.


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